Por Junior Acosta
Productor Voces del Yuna.
En un país donde la mayoría de los ancianos mueren esperando una pensión miserable de ocho mil pesos, Luis Abinader ha decidido premiar a sus amigos, a sus cómplices políticos, a los militantes privilegiados del PRM, con pensiones de lujo que insultan la dignidad del pueblo trabajador.
¿Qué méritos tienen esos señores para recibir pensiones de 100, 200 y hasta 300 mil pesos mensuales? ¿Dónde están sus aportes al país? ¿Qué legado dejaron para que el dinero del pueblo, ese que se recoge peso a peso entre miseria, impuestos y hambre, termine en las cuentas de dirigentes y amigos del presidente?
Aquí no se está hablando de envejecientes enfermos, ni de maestros que dieron su vida educando, ni de obreros que sudaron en fábricas o cañaverales. No. Se trata de políticos fracasados, bocinas premiadas, exfuncionarios reciclados y militantes que no han dado un solo día de servicio real a la nación. Esa es la nueva elite del “cambio”. Un cambio, sí… pero de bolsillos.
¿Dónde están los valores que el presidente prometió en campaña? ¿Qué pasó con la ética, con la transparencia, con la supuesta lucha contra la corrupción? Hoy lo que vemos es un gobierno que, sin pudor, reparte el dinero del pueblo como si se tratara de una herencia familiar. Un presidente que ha convertido el presupuesto nacional en un fondo personal para premiar lealtades políticas.
Y mientras tanto, ¿qué recibe el dominicano de a pie? Recibe apagones, hospitales sin insumos, comida cada día más cara, y un sistema de salud que abandona a los más pobres. Recibe burla tras burla, mientras los privilegiados del poder viven como príncipes, con pensiones que insultan la memoria de Duarte, Luperón y los verdaderos héroes de este país.
Que se sepa: aquí no hay justicia social mientras existan pensiones para vagos políticos y abandono para los verdaderos trabajadores.
Disfruten estos 3 años que les queda!!