En un momento en que la situación migratoria en Estados Unidos se torna cada vez más difícil, hemos visto cómo diversas embajadas y consulados de Latinoamérica han alzado su voz en apoyo a sus connacionales. Sin embargo, con profunda preocupación, notamos que ni la Embajada ni el Consulado de la República Dominicana en Filadelfia han emitido un comunicado ni han tomado acciones concretas para respaldar a nuestra comunidad.
Cada día, los dominicanos en Pensilvania nos sentimos más olvidados. En medio de políticas migratorias cambiantes, de incertidumbre y desafíos, es inaceptable que no contemos con una representación diplomática activa y comprometida. No podemos seguir callados ante esta realidad.
Señor Presidente, nuestra comunidad necesita un cónsul que esté presente, que sienta por su gente y que no nos haga esperar meses para ser atendidos. No es justo que, en un momento tan crítico, los dominicanos en Pensilvania estemos huérfanos de liderazgo, sin un apoyo institucional que nos oriente y nos defienda.
Es urgente que se designe a un(a) cónsul con verdadera vocación de servicio, alguien que entienda la difícil situación que enfrentamos y que trabaje incansablemente por el bienestar de nuestra diáspora. Necesitamos un liderazgo que nos represente con dignidad y que garantice que los dominicanos en esta región tengan un lugar al que acudir cuando más lo necesiten.
Señor Presidente, la solución está en sus manos. No nos deje solos en esta crisis. Bríndenos la representación que merecemos.
Atentamente,
Raymond González